Thursday, July 25, 2013
Monday, July 22, 2013
Ir de compras con mi madre
Ir de compras con mi madre
Cuando
tenía doce años, el doctor me dijo que yo necesitaría un soporte en la espalda
por los próximos dos años, veintitrés horas cada día. Cuando supe esto, estaba
un poco nerviosa, pero un poco emocionada también. No tenía ninguna idea de cómo el soporte parecería. Finalmente,
llegó el día para mí recibirlo del consultorio médico.
Cuando
yo lo vi, estaba horrorizada. El exterior del soporte era de plástico, y el
interior, (la parte que me tocaba mi cuerpo), era de espuma dura. Cubría toda mi
sección central, incluyendo una mitad de mi trasero y en mi axila izquierda. En
el momento en el que el médico me
dio la estructura, me di cuenta de que el soporte en la espalda sería una gran
parte de mi vida por algunos años.
Mi
madre y yo decidimos ir de compras después de mi cita porque nada de mi ropa
podía quedarme bien con el soporte. Fuimos al centro comercial. Camiseta
después de camiseta, no me gustaba nada. Me sentía terrible sobre mi nueva
apariencia. Empecé a llorar y a gritarle a mi madre, “Pero mamá, ¡no puedes entender!”
Después de esas palabras, dejé de hablar y mi madre y yo comenzamos a
reír. Reímos porque yo sabía que
sí, mi madre podía entenderlo porque ha usado una silla de ruedas por casi toda
su vida. Ella había necesitado llevar soportes en las piernas y escayolas y zapatos
ortopédicos. Mi momento de lástima de mi misma terminadó.
Después de este día de ir de
compras, acepté mi soporte. Lo nombré
“Arnold”, por Arnold
Schwartzeneggar y sus “ abdominales de piedras”, y les pedí a mis amigos que lo
firmaran y escribieran notas en el plástico. Mi madre siempre me enseñaba que había
cosas muchos más importantes que el externo, y mi experiencia el soporte cuando era niña me ayudaba a
enfocarme en mi carácter, en vez de en mi apariencia.
Wednesday, July 17, 2013
?Quien soy?
¿Quien soy?
Mis padres me dicen que era una
niña muy seria. Mis expresiones del rostro, mis preguntas… toda era intenso. No
hablé hasta que tenía un poco más de dos años, pero cuando empecé, hablaba en
oraciones completas. A medida que cumplía años, me hacía menos seria. Sin
embargo, me gustaba escribir historias, y ellas siempre eran muy tristes y a
veces mórbidas. Por ejemplo, cuando tenía cerca de seis años, yo escribí un
cuento sobre una hoja que se cayó
de cara al suelo de una rama. Debido a la manera en que se cayó, la no
podía hablar y perdió todos sus amigos. No sé por qué mis escrituras eran tan
tristes, porque a pesar de mis cuentos deprimentes, estaba muy contenta.
Durante los primeros diez años
de mi vida, pasaba todo mi tiempo con mi hermano. Quería hacer cada cosa que él
hacía. Por eso, yo jugaba en la suciedad, montaba mi bicicleta sobre montones
de tierra y jugaba con camiones de juguete. Mi hermano y yo pasábamos mucho
tiempo construyendo cosas en el patio trasero de madera y cartón y escalando
árboles en el bosque detrás de la casa.
Yo vivía en el campo, como a una
hora del pueblo. La primera escuela que mi hermano y yo asistimos era terrible.
Los estudiantes además de los profesores eran racistas y no nos daban la
bienvenida a nosotros. Por esa
razón, cambiamos escuelas a una escuela privada en el pueblo. Aquí, yo empecé a
hacer gimnasia. Hice gimnasia por siete años y competía mucho. Era una gran
parte de mi vida. La razón que yo dejé de practicar gimnasia, es que yo tenía
que llevar un soporte para mi espalda por dos años, porque tengo escoliosis.
Durante mi juventud, además de
gimnasia, practicaba voleibol, fútbol, Tae Kwan Do, lacrosse y atletismo. También,
hacía las actividades afuera; como caminata, escalada en roca e ir en canoa o kayak. Siempre me
considero una atleta, pero en la universidad, no juego en un equipo. Mi vida y
como me veo es muy diferente ahora que no estoy en un equipo.
Por su puesto, los deportes no
son las únicas cosas importantes para mí. Mi familia es una parte muy
importante de mi vida. Como yo mencioné antes, yo tengo un hermano mayor. Tiene
veintidós años y tiene una hija que tiene tres años. Ellos viven cerca de la casa de mis padres, por eso, puedo
verlos mucho cuando estoy en mi casa. Mis padres son artistas y trabajan desde casa.
Era muy agradable tener a mis padres en casa todo el tiempo. Toda mi familia me
apoya en mis decisiones y no puedo pedir una familia más divertida, honesta,
creativa o abierta.
Thursday, July 11, 2013
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